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Opinión
Editorial: ¡Plomo hasta en la ‘jama’!
Parece que los ecuatorianos tenemos que lidiar con el plomo no solo en las calles, sino hasta en nuestras propias casas, con algunos productos que consumimos. Y es que la única certeza que tenemos respecto a los alimentos, medicamentos, artículos de cuidado personal que consumimos y plaguicidas que utilizamos es que no se puede garantizar su idoneidad.
Esto se debe a que la Agencia de Regulación y Control Sanitario -Arcsa- no tiene normativas estrictas ni cuenta con equipos ni laboratorios que le permitan realizar un control eficaz o corroborar que lo que consta en los documentos que recibe para emitir su certificación sea verdad. Pese a que esta es un realidad del país desde hace varios años, el problema captó la atención pública desde que la FDA de Estados Unidos detectó altas concentraciones de plomo en ciertos productos provenientes de Ecuador.
Desde Arcsa no ha dado solución al tema. Sin sanciones ni controles efectivos, los ecuatoriano estamos en total indefensión. El ministro de Salud debe actuar ya y poner a cargo de la realización de inspecciones y pruebas a la Espol e incluso a empresas privadas, vía tercerización de servicios, para garantizar nuestra salud. Porque si no es el plomo (entiéndase bala) en la calle, es el plomo en la ‘jama’ el que nos matará.