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Opinión
Editorial: Romper con el círculo vicioso
Para nadie es raro que el daño que sufren los servicios públicos (...) sea producto del ‘choreo’ que realizan los llamados ‘chamberos’
Regular a las empresas recicladoras ha sido una tarea complicada para las administraciones municipales de Guayaquil, pero ahora, más que antes, es necesario hacerlo, ya que algunas almacenan grandes cantidades de cables de cobre, partes de componentes eléctricos de alumbrado público y hasta de semáforos, que aparecen ‘por arte de magia’ en aquellas bodegas, sin que nadie justifique su procedencia.
Para nadie es raro que el daño que sufren los servicios públicos, como el alumbrado, la telefonía, entre otros, sea producto del ‘choreo’ que realizan los llamados ‘chamberos’. Es común verlos cuando trepan postes y arrancan cables, se llevan las tapas de las alcantarillas y ‘destripan’ cajetines de telefonía, sin que nadie haga algo al respecto. Todo esto para obtener cobre que luego es canjeado por dinero en las recicladoras que no cumplen con las normas vigentes.
Es importante que las autoridades actúen con firmeza para poner fin a este problema. La creación de un registro obligatorio para las recicladoras, inspecciones periódicas y sanciones ejemplares para quienes no puedan justificar la procedencia de los materiales son pasos urgentes. Pero también urge reforzar la vigilancia en las calles y promover la denuncia ciudadana para romper este círculo vicioso.