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Opinión

Editorial: Primero la vida, después la farra

Quien piense que con el estado de excepción y la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles, como apoyo para combatir a las organizaciones terroristas, la violencia criminal e inseguridad en Ecuador se ha solucionado, está equivocado. Como país, debemos vernos en los espejos de México y la Colombia de las décadas del 80 y 90, para entender que esta sombra narcocriminal nos perseguirá por un buen tiempo. Hay que adaptarse a esta nueva forma de vivir, en medio de atentados y sicariatos.

La suspensión de eventos deportivos y de espectáculos masivos en las principales ciudades por el próximo feriado de carnaval, debido al conflicto interno armado, decretado por el Gobierno, altera los planes de diversión familiar y también afecta a los viajes turísticos hacia balnearios de la Costa y otros tradicionales destinos de la Sierra y Amazonía.

Cuando existen alertas de las áreas de inteligencia militar y de la policía, que advierten sobre posibles atentados en sitios de congregación de la población civil, hay que tomarlas con toda la responsabilidad y madurez del caso. Una fiesta, un partido de fútbol o un concierto no son más importantes que la vida. Los sacrificios de hoy tendrán su recompensa en el futuro. Si queremos un Ecuador libre de terrorismo, debemos arrimar el hombro.