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Opinión

Editorial: El IESS debe acabar con la corrupción

Uno de los principales objetivos del Seguro Social debe ser acabar con las mafias de la corrupción que, junto a malas decisiones del pasado que inflaron el número de beneficiarios, son las responsables de la debacle de las finanzas del Instituto, y que han puesto en peligro el futuro pago de las pensiones jubilares. No es posible que curarse en Guayaquil sea más caro que en el resto del país.

Las prácticas corruptas que involucran a centros médicos, clínicas y hospitales son especialmente perniciosas. Estos establecimientos privados, que deberían ser pilares de apoyo a la comunidad, se convierten en vehículos de explotación económica. El cobro de servicios inflados, que exceden los costos reales, no solo es una manifestación de avaricia sino también un robo descarado al erario del IESS y a los mismos beneficiarios del sistema.

Resulta imperativo que el Seguro Social, con el apoyo de la sociedad, implemente medidas drásticas para erradicar la corrupción en todas sus formas. La transparencia debe ser la piedra angular en la gestión de los recursos y en la operación de los servicios. Auditorías frecuentes y rigurosas, tanto internas como externas, son esenciales para garantizar que cada centavo se destine a su propósito legítimo. Además, se deben fortalecer los mecanismos de denuncia y protección para los denunciantes.