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La familia de Jefferson Quishpe vendió comida para recaudar fondos para lo operación.JUAN RUIZ / PARA EXTRA

Calacalí demostró el lado solidario por su delantero

Moradores de la parroquia se unieron para reunir fondos para la operación de Jefferson Quishpe, quien sufrió la fractura del peroné

El partido de ida entre San Antonio y Calacalí, por los Juegos Interparroquiales, marcó uno de los peores días en la vida de Jefferson Quishpe y su familia. Un golpe, tras intentar recuperar un balón en el suelo, dejó al jugador calacaleño inmóvil. Al principio, nadie imaginó que se trataba de una lesión grave, pero cuando Jefferson empezó a gritar desesperadamente, supieron que era peor de lo que pensaban.

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El viacrucis vendría después. Sin servicios médicos en el cotejo, lo llevaron al hospital Pablo Arturo Suárez, en el norte de Quito. Manuel Quishpe, padre del jugador, relató a EXTRA que allí no lo recibieron y lo derivaron al hospital San Francisco, en Carcelén.

Desde las 14:00, con el peroné fracturado en tres partes, Jefferson tuvo que esperar hasta la 01:00 del día siguiente para que lo atendieran. Sin embargo, la espera fue inútil: a esa hora le informaron que no había insumos disponibles y lo enviaron al hospital Enrique Garcés, en el sur de la capital.

Todo el periplo fue una tortura para el joven y en vano, porque en el último centro de salud le dijeron que tampoco había disponibilidad para su ingreso y que debía esperar diez días para una cirugía. “¿Cómo íbamos a esperar esos diez días con el pie de mi hijo colgando? Nos tocó trasladarnos a una clínica privada. El pueblo, gracias a Dios, nos está colaborando y esperemos que pronto se recupere”, cuenta el padre, sin poder evitar que su voz se quiebre.

La parroquia se unió por el seleccionado

El joven delantero Jefferson Quishpe es seleccionado de Calacalí.CORTESÍA

La colecta comenzó en redes sociales y culminó con un banderazo y la venta de comida durante el partido de revancha en el estadio de Calacalí, el sábado 18 de enero. Allí, la madre del jugador, María Eulalia Candalia, encabezó la preparación de pinchos, mientras primos, tíos y amigos apoyaban con la venta de otros productos alimenticios. Previamente, habían organizado un ‘banderazo solidario’, que consistió en pasar un ánfora por la tribuna para recoger aportes en efectivo.

Mientras Jefferson descansaba en casa tras la operación realizada el jueves, su padre destacaba la entrega de su hijo a la selección de su parroquia, lamentando que los jugadores no cuenten con un seguro deportivo.

Según conoció EXTRA, a pesar de los intentos de la Asociación de Ligas Rurales del Cantón Quito, organizadora de los Juegos Interparroquiales, las aseguradoras no suelen ofrecer coberturas para periodos cortos. Los Juegos duran tres meses, lo que dificulta conseguir un plan de seguro adaptado.

La alternativa quedaría en manos de las dirigencias parroquiales, pero estas tampoco logran cubrir los costos de un seguro privado sin trasladar el gasto a los deportistas. “Es un tema complicado; a veces tenemos problemas incluso para pagar el arbitraje. No hay forma de garantizar que los deportistas vayan a cubrir los costos”, opinó Marcelo Logaña, quien en los próximos días asumirá la presidencia de la Liga Deportiva Parroquial de Calacalí.

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