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Opinión
Editorial: Eliminar las mafias de la salud
Cada vez son menos los médicos que no sucumben al mercantilismo, el cual se ha impuesto al juramento hipocrático que hicieron al salir de la universidad, en perjuicio de sus pacientes y de los sistemas de salud públicos y privados.
Muchos profesionales de la salud han dejado de consagrarse al servicio de la humanidad y se han dedicado a ejercer su profesión sin conciencia ni dignidad, porque ya no piensan en la salud del paciente, sino en el dinero que ingresará a sus bolsillos.
El honor y la ética están reñidos con sus actuaciones, pues la práctica diaria de muchos es recetar los medicamentos por los que reciben beneficios de los laboratorios farmacéuticos, sin importar el bienestar del enfermo ni sus dificultades para acceder a ellos. Lo mismo ocurre con las derivaciones de las instituciones públicas a las privadas y los exámenes de laboratorio. Más asignaciones reciben quienes más beneficios otorgan a los médicos de la red.
Existen verdaderas estructuras delictivas para, por un lado, disminuir a los seguros médicos privados y por otro, quedarse con parte de la plata de los sistemas de salud del Estado.
El país requiere un cambio urgente que elimine las mafias enquistadas en lo público, pero también en lo privado.