os avances en tecnología y diseño de tejidos inteligentes han hecho posible la creación de prendas más frescas. Sería ideal revisar la idoneidad de la indumentaria utilizada por los miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado para llevar a cabo sus misiones de protección en entornos de altas temperaturas, como los de la Costa, y sin una adecuada hidratación.

Las imágenes de policías y militares, vestidos con calurosos trajes y hasta pasamontañas, sudando profusamente bajo un sol abrazador de las tardes, son frecuentes, tanto en los patrullajes diarios en las calles como en los que brindan seguridad a las autoridades de los gobiernos nacionales y seccionales.

Si bien su ‘cachina’ tradicional, con sus múltiples capas y materiales resistentes, está diseñada para brindarles protección en todo momento, también puede convertirse en una trampa para su integridad física debido a la deshidratación y otros problemas de salud relacionados con el calor, que representan riesgos reales.

Materiales más ligeros y transpirables pueden revolucionar la forma en que los uniformes enfrentan las jornadas laborales de los miembros de las fuerzas de seguridad. Una persona que se siente más cómoda y segura en su uniforme está en mejor posición para desempeñar sus funciones.