La soledad entre los ancianos se ha convertido en un problema creciente, y las soluciones tecnológicas podrían ser la clave. Aria, un robot humanoide creado por Realbotix, una empresa que comercializa robots con apariencia humana a través de internet, está diseñado para ofrecer compañía a los adultos mayores mediante inteligencia artificial avanzada, adaptándose a sus necesidades emocionales y sociales.

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Aria se destaca por su capacidad de personalización. Los usuarios pueden modificar su apariencia, desde el color del cabello hasta los rasgos faciales, lo que facilita una conexión emocional más profunda. Esta flexibilidad es fundamental para quienes buscan una compañía que se ajuste a sus preferencias y necesidades individuales.

Lo más innovador de Aria es su inteligencia artificial, que permite recordar interacciones previas y ajustar las respuestas del robot según el estado emocional del usuario. Este tipo de interacción personalizada puede ser crucial para los ancianos que sufren de soledad y necesitan un apoyo emocional constante.

De acuerdo con el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, agencia de los Institutos Nacionales de la Salud, de EE.UU., dedicada a investigar el envejecimiento y las enfermedades relacionadas con la vejez, como el Alzheimer, "los adultos mayores están en mayor riesgo de aislamiento social y soledad debido a los cambios en la salud y las conexiones sociales que pueden venir con el envejecimiento, como la pérdida de audición, la vista y la memoria, discapacidades, dificultades para moverse y/o la pérdida de familiares y amigos". Así lo indica en su sitio web.

¿Cuánto cuesta Aria?

El costo elevado de Aria, que ronda los $ 175,000, limita su acceso a una audiencia más amplia. Sin embargo, existen versiones más asequibles, como Melody, que conservan funciones básicas pero sin movilidad. Esto plantea interrogantes sobre la viabilidad de estas tecnologías para la mayoría de los adultos mayores.

A pesar de su alto precio, Aria podría ser útil en entornos como hospitales o residencias de ancianos, donde la soledad es un reto constante. Además de ofrecer compañía, Aria también actúa como asistente personal, ayudando a gestionar tareas diarias y recordatorios importantes, lo que puede mejorar la calidad de vida de los mayores.

Robots en la vida social

La incorporación de robots en la vida social, no obstante, puede plantear cuestiones éticas. Críticos advierten sobre la posibilidad de que Aria sea utilizada para sustituir la interacción humana genuina, lo que podría intensificar la dependencia tecnológica de las personas mayores.

La propuesta de Aria va más allá de ser solo un robot. Su diseño y capacidades podrían transformar la forma en que los ancianos experimentan la soledad, ofreciendo una alternativa digital a la compañía humana. Sin embargo, su efectividad dependerá de cómo los usuarios se adapten a esta nueva forma de interacción.

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