Es el escenario repetido de los últimos años en Quito y el mismo dolor de cabeza (y también de bolsillo) para los conductores: los baches en calles y avenidas. Lamentable y realmente pobre la cara que la capital muestra a sus habitantes y turistas nacionales y extranjeros que se desplazan por sus ya caóticas vías.

La situación se agrava con la llegada de la temporada de lluvias, pero también por las fugas de agua, como EXTRA lo evidenció este lunes 5 de febrero, a través del caso de un ciudadano cuyo vehículo quedó atrapado en un socavón, en el sector de Carcelén.

Y ante los reclamos de los usuarios, como en este caso, la Empresa Metropolitana de Obras Públicas y la Empresa de Agua Potable y Alcantarillado se ‘tiran la pelotita’ y nadie asume la responsabilidad; mientras los perjudicados, muchas veces, no saben a quién acudir para que se haga cargo de los daños mecánicos de sus carros, que representan una merma en sus economías, ya que deben adquirir repuestos y gastar en la mano de obra para la reparación.

Pasan las administraciones municipales y Quito sigue coleccionando ‘cráteres’ de todos los tamaños que, hasta el año pasado, sumaban 6.300 km de vías en malas condiciones. Con El Niño encima, parece tarde para un plan de repavimentación.