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Opinión

Editorial: Urge arreglar la red eléctrica

La negligencia en el sector eléctrico no solo pone en peligro la vida de las personas, sino la economía de las ciudades. En Guayaquil, la red eléctrica está tan vieja que ya no se puede ocultar el problema culpando a los accidentes de tránsito por la cada vez más frecuente caída de los postes. Los primeros desplomes son apenas el anuncio de lo que vendrá después en diversos lugares del país, con lo que se pone en riesgo la vida de peatones y conductores.

¿Quién paga por los daños a la propiedad privada? Seguramente, CNEL endilgará la responsabilidad a otros, como si no fuera técnicamente responsable de lo que está ocurriendo. El problema de los daños está a la vista, pero no se ha hecho nada para solucionarlo porque más pueden las mafias que se han quedado con el dinero de las eléctricas, que las necesidades ciudadanas.

El deterioro de la infraestructura eléctrica no es solo un problema de imagen urbana o comodidad; es una cuestión de seguridad pública y eficiencia económica. Cada poste caído, cada apagón no planificado, representa un peligro para la vida de las personas y un golpe para la economía de la urbe. Es hora de que las autoridades se pongan manos a la obra y demuestren un verdadero compromiso con la seguridad y el bienestar de los ciudadanos. La modernización de la red eléctrica no puede esperar más.