Que la plata que los ecuatorianos pagan se devuelva en obras. Eso es lo que quiere todo el país, que se encuentra expectante por conocer detalles de la reforma tributaria que el presidente Daniel Noboa prometió que enviaría en sus primeros días de Gobierno. Los lineamientos básicos, según se ha conocido, apuntan a aliviar la carga fiscal al sector de la construcción con el fin de generar empleos, pero en un contexto de cambio los ecuatorianos esperamos más que eso.

Pero la tarea de cambiar no solo viene dada por un documento, sino porque cada uno asuma su responsabilidad. Y la de los ecuatorianos es pagar responsablemente sus tributos, sin tratar de portarse ‘sabidos’ evadiendo.

La expectativa, no obstante, está puesta en la forma en que se suplirán los recursos que dejará de recibir por el sacrificio fiscal. En días en que prima la incertidumbre circulan rumores que van desde un ajuste a las exenciones tributarias, hasta la posibilidad de que se aplique, una vez más, un tributo extraordinario a las empresas, que ahora atraviesan una etapa complicada con los gastos excesivos que deben hacer por el alto índice delictivo, tema que el Estado no ha sido capaz de resolver. Pero, ¿se está haciendo algo para seguir ampliando la base de contribuyentes?, ¿Qué se hará para combatir la alta evasión?

La tarea que se viene en materia tributaria es bien dura.