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Opinión

Editorial: Vencer el miedo para decidir bien

En medio de un cruento escenario, los ecuatorianos deberán ir a las urnas el próximo 20 de agosto, para elegir a quien pueda intentar arreglar o remendar el país en año y medio. Pero el miedo, tras el magnicidio de un candidato presidencial, gana terreno, genera dudas, aumenta la indecisión y puede hasta promover el ausentismo en las urnas.

Es aquí cuando entra a la cancha nuevamente el Gobierno, apaleado por sus propias decisiones e inacciones ante la violencia criminal, para garantizar la seguridad de los votantes y del normal desarrollo del proceso electoral.

Más allá de lo que pueda o no asegurar el Estado para las elecciones extraordinarias, los ecuatorianos tienen en sus manos el poder de darle el giro que se necesita en el país para iniciar el regreso a la senda de la paz y seguridad.

Es fundamental reflexionar y escoger con responsabilidad, entre el abanico de postulantes a la Presidencia y la Asamblea Nacional, a los más probos, a los que no arrastren pasados turbios, embarrados de corrupción y que tampoco funjan como títeres de toda clase de mafia, para no seguir estancados en el caos.

En un contexto social marcado por la desesperación económica, el miedo rampante a la inseguridad y la desconfianza en los políticos y sus partidos, el siguiente gobierno tiene la oportunidad de recomponer las fichas del tablero. Y para decidir quién deberá gobernarnos, debemos vencer el miedo.