Pollo brostizado sin ensalada; hamburguesas sin lechuga ni tomate; encebollados con poquísima yuca; jugos de naranja con más agua que naranja; sopitas de fideo con atún pero sin papa... La cocina ecuatoriana pasa por una transformación obligada, debido al paro indígena, que tiene de mal en peor el abastecimiento de productos de primera necesidad.

Tal es la consigna de los protestantes. Incluso en un audio filtrado se escucha a un manifestante decir que si hay que dejar sin comida a Quito, pues que se queden sin comida. Atacan a su mismo pueblo con el pretexto de ayudarlo. Qué equivocados están.

¿Cómo ha cambiado su alimentación en los días de paro?

“Ha cambiado muchísimo mi comida. Toca buscar opciones distintas, sobre todo me han hecho falta las legumbres en las ensaladas”.

“Yo estoy en proceso de bajar de peso, por lo tanto necesito comer más nutritivo; pero se me ha dificultado por la falta de legumbres y la subida de precio de las proteínas”.