La alarmante ola de inseguridad que se ha tomado de lleno el país no encuentra todavía, después de tantas promesas de actuar con contundencia, una respuesta clara por parte del Estado ecuatoriano.

Es justo precisar que el problema no es solo del actual Gobierno, sino que viene desde muchos años antes, desde el momento mismo en que a un ‘inteligente’ expresidente hoy fugado se le ocurrió, bajo el pretexto de defender la soberanía nacional, sacar a los gringos de la base de Manta y, al mismo tiempo, salir con una tabla de consumo de drogas, con el fin de no criminalizar a quienes hayan caído en manos de este veneno. Allí se desbocó todo. Ya no cabe llorar sobre lo hecho. Hay que actuar de verdad. Solo en este Gobierno, que ayer cumplió 2 años, se han decretado 10 estados de excepción para combatir la inseguridad. El último de ellos se decretó el 2 de abril de 2023 durante 60 días, por lo que deberá terminar el próximo 31 de mayo. ¿Se ha logrado algo con esto? Los asesinatos a diario dicen que no.

De nada sirve que manden a militares a la calle, como ocurrió el lunes pasado en Montañita, Santa Elena, como respuesta a una matanza. Hubo fotos de su presencia... pero al día siguiente ya no estaban. ¡Ya basta de medidas apuradas solo para la foto! Ecuador necesita de urgencia, un verdadero plan contra la inseguridad.