La denuncia no es nueva ni asombra, pero sí incomoda y molesta, tanto porque quienes están al frente de este ‘negocio’ en Ecuador se han hecho de la vista gorda o simplemente han protegido sus intereses, como por la suciedad que estaría abrazando al deporte más seguido por los ecuatorianos, el fútbol.

El señalamiento realizado por el embajador de Estados Unidos en Ecuador, Michael Fitzpatrick, sobre mafias que estarían ‘lavando’ su dinero a través de varios equipos de balompié en nuestro país, no puede quedar solo en discusiones en el ámbito de LigaPro, los clubes y la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF). La Fiscalía y el propio Gobierno deben ponerse manos en el asunto, investigar y llegar hasta las últimas consecuencias.