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Opinión

Editorial: ¿Federalismo o autonomía?

La propuesta de reformar la Constitución para adoptar un modelo de país federal no es viable en el corto tiempo, porque los cambios en la Carta Política del Estado solo pueden hacerse por dos vías: la Asamblea Nacional y una Consulta Popular. Y ninguna de las dos rutas es rápida y dependen, en el primer caso, de la voluntad de los legisladores; y en el segundo, de la voluntad de los ciudadanos que acudan a las urnas.

Pero qué es el federalismo del que sigue hablándose en la esfera pública, sin que exista una propuesta estructurada, pensada y, consensuada con ningún grupo político. En la práctica se trata de una forma de organización política que consiste en establecer una alianza entre comunidades con el fin de unir realidades diferentes. Y cambiar de una estructura como la que tiene ahora el Ecuador a una federal, como la de Estados Unidos y Brasil, es pasar a un sistema político en el cual las funciones del gobierno están repartidas en un grupo de estados asociados, en primer lugar, que luego delegan competencias a un estado federal central, que recibe menos recursos.

En Ecuador no hay ni una sola línea escrita que haga pensar que puede lanzarse oficialmente un globo de ensayo. Ni siquiera se ha hecho un debate sobre lo que es más conveniente, si es un estado federal, una autonomía o el municipalismo.