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Opinión

Editorial: Arboledas patrimoniales

Sin embargo de la relativa juventud del puerto principal ecuatoriano, nuestra ciudad, a pesar de haber tenido que soportar la deforestación causada por las invasiones tan comunes en nuestro medio y las malas decisiones al realizar mantenimientos y podas que han mermado una buena cantidad de árboles, se ha iniciado el desafío de hallar las arboledas patrimoniales que deben caracterizar a una urbe tropical como la nuestra.

Y es que para que un árbol sea patrimonial, este gigante vegetal debe reunir ciertos requisitos, entre ellos la importancia histórica, tanto cultural como natural, también el tiempo de vida, el aporte científico y su tamaño. La Perla del Pacífico, luego de un estudio hecho por especialistas, cuenta con ejemplares históricos increíbles.

La Fundación La Iguana, que ha venido trabajando minuciosamente en los proyectos arbóreos, presentará el libro “Árboles patrimoniales de Guayaquil”, el próximo mes de diciembre, y sus ejemplares traerán la información sobre los trabajos que se han hecho en el puerto para dotarlo de árboles que no solo le den sombra a los habitantes porteños, sino que, además, sean parte de la ornamentación de esta urbe ubicada entre el caudaloso Guayas y el estero Salado, que viene desde el Golfo.