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Opinión

Editorial: Inseguridad mata turismo y alegría

Los guayaquileños y los ecuatorianos están hartos de reclamarle al Gobierno por seguridad y que, más allá de las palabras y de uno que otro decreto de estado de excepción, no se haga nada.

La reciente balacera que dejó dos muertos frente al Malecón 2000, en Guayaquil, advierte de la gravedad del asunto. Si esto sigue así, se acabaron los paseos familiares de domingo, ya no habrá gente que salga ni siquiera a un restaurante con sus familias, por temor a ser víctimas de robo o de quedar en medio de un tiroteo. ¿Qué más debemos esperar? El país se desangra por la violencia criminal y la economía se muere a punta de balazos.

¿Se siente seguro en algún lugar de Guayaquil?

“Ya ni en mi casa me siento segura. Nunca se había escuchado de muertos o vacunas en mi cuadra, pero desde el viernes ya van varios muertos”.

“No hay seguridad en ningún lugar de Guayaquil, eso es obvio. Yo soy taxista y me han robado varias veces, pero gracias a Dios no me han herido”.