La deuda del Seguro Social a los prestadores externos, como son las clínicas y los centros médicos privados, es de millones de dólares, pero hay onerosos valores que los auditores dejaron pasar para el pago sin cuestionamientos. Queda la duda de si hubo negligencia o también existe el pago de coimas.

Los ciudadanos deben tener claro que el dinero con que el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social paga a los prestadores externos es de los afiliados y, por tanto, es a estos a los que hay que rendirles cuentas sobre la enorme cantidad de recursos destinados a estos pagos, y los millones de dólares que aún hay que cancelar en los próximos meses.

Hay miles de afiliados que continuamente reclaman por la falta de atención y de medicinas y que esperan por meses por un espacio en los hospitales del IESS. A pesar de sus esfuerzos no logran ni acceso a esas casas de salud, peor a las privadas, pero hay quienes, con la ayuda de padrinos, acceden a estos servicios rápidamente, porque hay expertos en burlar los sistemas y también para cobrar caro por una asistencia deficiente. Si parte de la responsabilidad de cuidar los dineros del IESS está en los auditores es a estos a los que hay que auditar ahora. Los afiliados demandan transparencia.