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Opinión

Editorial: ¡Guayaquil-Machala, la vía de las promesas!

Eternamente estrecha. Ese parece ser el destino de la carretera Guayaquil-Machala, cuya ampliación a cuatro carriles es una promesa eterna en cada campaña electoral, una vía muy ancha para conseguir votos, pero demasiado angosta para las necesidades del sector productivo (bananeros, camaroneros y más) y donde el daño de un solo carro puede provocar atascones de hasta más de 3 horas.

En la ansiada ampliación se dan pasos de tortuga, como los 4 kilómetros del tramo Naranjal-Tenguel-Tillales y por los cuales en diciembre de 2020 ya se comenzó a cobrar, aunque luego, en enero de 2021, la justicia lo frenó. Se acerca un nuevo proceso electoral y volverán las promesas eternas, y nada pasará. Mientras tanto, los accidentes de tránsito por lo apretada de la carretera seguirán sumando dolorosas cifras.

La ampliación, deuda pendiente del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, es el anhelo de los conductores que a diario circulan por esta vía, pero mucho más por el sector productivo, que se queja por el aumento de los tiempos de viaje y el costo de fletes.