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Opinión
Editorial: Bolsillos transparentes
No solo hay que ser honesto, sino parecerlo. Frase del historiador y filósofo griego Plutarco que se emplea cuando se exige a una persona pública una rectitud moral excesiva y escrupulosa, aplica ahora más que antes en nuestro país.
Los escándalos por denuncias de corrupción en todas las esferas y que a diario saltan al levantar las alfombras de las instituciones públicas, de funcionarios y de ciertos políticos, es solo una muestra de lo podrido que está el Estado. ¡Depuración urgente!
A la carta tenemos: generales de la Policía investigados por posesión de bienes no justificados, ‘mañoserías’ en las aduanas, tráfico de influencias en Petroecuador y otras porquerías más.
Ahora que se avecinan las elecciones seccionales, en las que abundan los partidos políticos de alquiler para impulsar a toda clase de candidatos, lo mínimo a exigir para que no queden dudas de su honorabilidad, es la transparencia de sus bolsillos.