El empate sin goles entre Emelec y Macará dejó más que preocupaciones futbolísticas. Cuando Washington Corozo falló su penal, la relación con la hinchada azul quedó en un punto crítico. Sin embargo, lo inesperado ocurrió cuando el técnico decidió sustituirlo: lejos de celebrar su salida, los aficionados mostraron su descontento, pidiendo que permaneciera en el campo.

PERO CON LA HINCHADA NUNCA SE SABE

La noche no terminó en la cancha. Cuando Corozo se disponía a marcharse a su casa, un grupo de hinchas lo increpó duramente por el penal fallado. El delantero reaccionó y, visiblemente molesto, dejó su bolso en el suelo, listo para enfrentarse a golpes con uno de los aficionados.

La situación no pasó a mayores gracias a la intervención de otro hincha y un policía, quienes evitaron la confrontación.

El penal había sido atajado por Gabriel Cevallos, quien antes de pararse frente a Corozo realizó una oración de espaldas a la cancha, al igual que su padre, José Francisco Cevallos, solía hacer antes de los penales.

Al final, no hubo pelea. Corozo se subió a su auto y se marchó, dejando en el aire la tensión del momento y la duda de cuánto más aguanta la relación con la hinchada. Mientras tanto, Emelec sigue sin conocer la victoria en el torneo: sumó su primer punto tras tres fechas, pero ya ha dejado escapar ocho.

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