Guerra avisada evita contratiempos. El caos vehicular en la vía a la costa, colapsada por un mayor tráfico de carga pesada que busca llegar al Puerto de Posorja, es un problema que podría haberse evitado si las autoridades tuvieran una mejor visión y planificación al direccionar el rumbo de expansión de la ciudad.

Cuando se creó el Puerto de Aguas Profundas, uno de los compromisos fue construir una vía alterna que conectara dicha terminal con Guayaquil para evitar la congestión en esta vía. Sin embargo, nada de esto se realizó y hoy las miles de familias que residen a lo largo de esta arteria sufren las consecuencias.

Las quejas ciudadanas, que se multiplicaron en diciembre de 2023 debido al inicio de las operaciones de una gran naviera en Posorja, obligaron al Municipio a comprometerse a mejorar la fluidez vehicular y prometer la construcción de una nueva carretera que la conecte con el futuro aeropuerto. Sin embargo, ha pasado medio año y aún no se ha materializado la primera promesa, mientras que la segunda se anuncia con el mismo error: la falta de planificación.

No podemos repetir lo que ya ocurrió en Quito, donde primero se construyó el aeropuerto de Tababela y luego se pensó en la vía de acceso. Basta ya de improvisaciones que nos mantienen en el subdesarrollo.