De las entrañas de sus tierras sacan el petróleo que sustenta la economía del país y que mantiene a miles de burócratas y a otros tantos ‘pipones’ en el país. En sus entrañas se encuentra también la más grande riqueza natural, con una fauna y flora increíbles que nos convierten en uno de los países más megadiversos del planeta.

Pero nada de eso ha servido para que la atención requerida, con servicios básicos de calidad como salud, educación, bienestar social, obra pública y más, llegue hasta sus tierras. Se les llevan el petróleo y la retribución que reciben es mínima. Pésima, por decir lo menos.

De allí que el reclamo con el cierre de vías, aunque no es lo adecuado porque afecta a otros, quizá sea la única manera que tienen los amazónicos para ser escuchados y que les arreglan sus carreteras. Ojalá les presten atención y no vean a la Amazonía solo como la ‘gallina de los huevos de oro’.