Las medidas para reducir la carga vehicular en la Carita de Dios son insuficientes. Es una realidad que los capitalinos conocen, aunque al parecer las autoridades no.

El famoso ‘pico y placa’, que tiene dos horarios a lo largo de cada día, y los contraflujos, que están en diferentes puntos críticos de la urbe, terminan por complicar todo, como si la ciudad misma fuera ya un gran punto crítico.

Y para ‘completarla’, el lentísimo avance del plan de repavimentación, tan o más lento que el mismo flujo vehicular, lo que ha causado más descontento y embotellamientos que ralentizan la movilidad. Para los quiteños, el colapso vial es un martirio de todos los días.

¿Cree que las acciones implementadas en Quito mitigan en algo el caos en la movilidad?

Han sido insuficientes y se han tomado sin criterio. Cierran una vía para arreglarla, luego en la alterna también pasa algo y todo colapsa”.

“Una movilidad adecuada no se da en la ciudad, porque no existe un transporte público de calidad. Por eso la gente prefiere comprar más carros”.