Las fiestas de Quito siempre han sido motivo de orgullo para los habitantes de la capital, pero este año ronda por sus calles un aroma a insatisfacción y desgano. La llamada Carita de Dios está perdiendo su brillo tradicional por un cúmulo de problemas que crecen como bola de nieve: la baja calidad de vida de sus ciudadanos, el creciente desempleo, los altos niveles de pobreza, el descuido ambiental, el caos ‘infernal’ del tráfico vehicular, la inseguridad y otros más.

Que los festejos por los 488 años de fundación sean el pretexto para que la comunidad se una, bajo el liderazgo y compromiso serio de las autoridades, para enfrentar juntos estos retos. Es urgente repensar a Quito para devolverle a su gente una ciudad amigable, justa y productiva.

¿Qué necesita Quito para ser mejor ciudad?

“La ciudad necesita autoridades que solucionen problemas como la contaminación auditiva y la inseguridad. La gente no confía en las actuales”.

“Lo que más necesita la capital es seguridad. Quiero volver a caminar en el casco colonial con calles alumbradas, seguras y sin olor de orinas”.