Las autoridades locales, por más promesas que han hecho a sus habitantes, no han logrado solucionar un problema vital como es la falta de agua potable que aún lo tiene un alto porcentaje de los 221 cantones del país, entre ellos Durán,Samborondón y Daule, que están muriéndose de sed junto a caudalosos ríos.

Los alcaldes han priorizado obras de oropel y, para unos pocos, playas artificiales con olas, antes que satisfacer las necesidades básicas de una población cansada de tanto reclamar, sin tener ningún tipo de atención.

La falta de planificación, sumada a la desidia de quienes llegan al poder, complican el vivir diario de los ciudadanos, que deben ser atendidos porque para eso pagan sus impuestos.