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Gigi y Gisella Moreira una historia de sacrificio, sudor y harto fútbol.Cortesía

Las hermana Moreira, con el fútbol en la sangre

El fútbol las llevó a realizar una historia diferente: una es DT del Emelec y la otra juega en España.

Son hermanas de sangre y de cancha. Defendieron a Ecuador en la selección femenina sub-17. Ahora una entrena al Emelec de la Superliga femenina y la otra juega en el exterior. Pero no todo fue fácil, la historia de Gisella, de 29 años, y Ligia Elena (Gigi) Moreira Burgos, de 28, está basada en el sacrificio y la lucha de ser mujer en el fútbol.

Nacidas en Santa María, en la zona de La Manga del Cura, de pequeñas las Moreira se trazaron una meta: llegar lo más lejos en un mundo que estaba escrito para los varones.

TODO COMENZÓ

Gigi tenía 13 años y cuando se fue a jugar con los chicos, en la casa todos pegaron el grito al cielo. Pero ella quería ser futbolista. Nadie imaginaba que aquella niña sería la capitana de Ecuador en un Mundial (Canadá 2015).

Gisella está en la pretemporada del Emelec.Cortesía CSE

Su hermana Gisella recuerda que cuando tenía 14 años le dio por ir a entrenar con los muchachos, siguiendo a su hermana.

“A mí no me agradaba. Gigi era más machona, como se decía en ese tiempo, pero luego me gustó, hasta que salimos jugando por el colegio, luego en la selección de Los Ríos hasta cuando jugamos por Ecuador en una selección”, dice Gisella.

Claro que Gigi a esa edad tenía mucha experiencia, debido a que pertenecía a la Tricolor.

La ahora futbolista del Racing de España comenta que los inicios fueron duros, pero el sueño era jugar. Afirma que lo más difícil fue cuando le tocó dejar a la familia e ir a Guayaquil a estudiar y entrenar. “Sé que muchas niñas sueñan con jugar de manera profesional. Haber llegado hasta aquí es un ejemplo, solo me resta seguir trabajando para mejorar y que ellas vean que con esfuerzo y dedicación todo es posible”, manifiesta Gigi.

Gigi es jugadora del Racing de España.Cortesía

DEJARON EL HOGAR

Gisella recuerda que el fútbol, así como le ha dado muchas alegrías, también le ha dejado tristezas.

La entrenadora de Emelec dice que al inicio salían de casa tres veces por semana, pero luego tuvo que alejarse de sus seres queridos. “Es duro destacarse, muchos piensan que el fútbol solo es para hombres y se sufre por eso. Pero debemos seguir trabajando para que más mujeres se sumen a este deporte”.

Nacieron en santa María, en el sector de La Manga del Cura, cerca de Quevedo.

Desde España, señala que fueron momentos tristes, pero las ganas de sobresalir eran gigantes. “Como para todas, no había espacio, clubes, apoyo, escuelas... muchas personas mencionaban que esto no era para mujeres. Ha sido una lucha de años, no solo de nosotras, sino de muchas generaciones”.

MUNDIALISTA

Gisella jugó hasta el 2014. “No había el incentivo para seguir jugando, quería estudiar y trabajar. No tenía el tiempo y me dediqué a ser entrenadora. Soy licenciada en cultura física y con la experiencia que tenía me quedé sin trabajo”, recuerda.

Gigi Moreira, fue la capitana de Ecuador en el Mundial de Canadá 2015.Cortesía

Vanessa Arauz y Mayra Olvera tenían una escuela de fútbol en el norte de Guayaquil, tuvieron que dejarla porque se fueron a la Selección.

“Me propusieron que sea la entrenadora y ese fue el comienzo de todo esto lindo”, dice Gisella. Ella comenzó a estudiar para ser DT y ahora está en Emelec. Además, con su hermana Gigi formaron la escuela de fútbol Hermanas Moreira.

Gigi recuerda a su hermana con mucha alegría: “Ella jugaba conmigo, ambas amamos este deporte. Actuamos juntas en las categorías menores de la Selección, pero luego ella se dedicó a su carrera y se desligó un poco del fútbol. Nunca tuvimos la oportunidad de jugar juntas en un mismo club, recordando que en ese entonces no teníamos la liga que ahora hay en Ecuador”.

LA DT Y CAPITANA

Para Gisella llegar a Emelec ha sido una meta cumplida: “Es una oportunidad que esperaba. Ya son dos años que llevamos trabajando, en el 2020 molestó un poco lo de la pandemia. Ahora solo hay que mejorar día a día”.

Mientras que Gigi expresa: “Mi hermana es muy dedicada a su trabajo y ama lo que hace, ella es el pilar fundamental de nuestra escuela. Ha sido un trabajo lleno de esfuerzos y de muchas recompensas, así que formar la escuela de fútbol femenino Moreira fue una gran decisión”.

UN EJEMPLO

Las Moreira son un ejemplo para muchas chicas y padres de familia que ven en el fútbol una carrera, pero que no se atreven a apoyar a sus hijas. “Muchas personas nos ven así, y más fuerte del lugar de donde venimos (San María), ya que es muy inspirador para otras chicas. Uno trabaja por lo que sueña y con sacrificios lo pueden hacer. Es halagador que los demás se fijen en nosotras”, expresa Gisella.

Mientras que Gigi dice que ellas abrieron el camino, pero con mucho esfuerzo.

La primera en entrar al fútbol fue Gigi, luego lo hizo Gisella. 

COMO JUGADORAS

Gisella actuaba de volante y defensa .Sobre como juega Gigi responde: “Tenemos una gran relación, eso de vivir el mismo deporte ha fortalecido el afecto de hermanas, tenemos el proyecto de la escuela de fútbol. Como jugadora te puedo decir que fue la capitana de Ecuador en un Mundial y eso lo dice todo”.

Y cuando se le pregunta a Gigi sobre Gisella, ella se emociona y contesta: “Muy buena, pero siempre consideré que era más ofensiva que yo y mejor jugadora. Era muy inteligente con el balón, pero con el paso del tiempo decidió seguir su carrera profesional y dejar al fútbol en segundo plano”.

DIRIGIRLA

Hay dos cosas que les falta por hacer a las hermanas Moreira: que Gisella la dirija y que estén juntas en un equipo. “Lo hemos conversado en un par de ocasiones, espero tener esa oportunidad, sería muy bonito y una gran responsabilidad. Somos hermanas, pero entendemos que llegado a ese punto, ella sería mi ‘profe’ y yo su jugadora”, expresa Gigi.

Las Moreira, una historia viviente de cómo las mujeres pueden triunfar en el mundo que, ya lo saben, no es exclusivo de ellos: el fútbol.