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Historias de la vida real de nuestro fútbol.Archivo

La columna de la ex: ¡Lloraba cuando no jugaba!

Historias jamás contadas del fútbol ecuatoriano. Verdades que salen a la luz.

Fue mi marido durante 10 años, la verdad que tiene la pinta de rudo, de macho latino castigador y hasta un poco intratable con la prensa.

En realidad era un tipo duro, pero en la casa era un ser muy amigable y hasta un poco tierno. Esto último fue lo que me enamoró, y en especial sus regalos.

Duramos 10 años, ahora somos amigos, pero hablar de él no lo voy a hacer, salvo el detalle cuando perdió la titularidad ante un chico de 20 años.

Es un buen golero, bueno de verdad, pero pensaba que tenía el puesto comprado. Aquella vez me dijo: “parece que voy al banco de suplentes y no estoy lesionado, pero tampoco estoy viejo”.

Pensé que esa inquietud se le iba a pasar, pero llegó el viernes y lloró toda la noche. Fue como que si la madre se le había muerto, lloraba desconsolado debido a que ya no iba a ser titular el domingo.

El sábado se concentró y el domingo, cuando llegó a casita tipo 11 de la noche, siguió llorando, no había jugado, no estaba preparado para ser suplente. Él ni por mí había llorado, pero sí por perder ser el número 1 del equipo.

Eso le afectó tanto que a fin de año se marchó del equipo, se fue a Quito a un equipo de color rojo, volvió a ser titular, a pesar de que le pagaban la mitad de lo que ganaba antes.

Yo no lo podía creer, era feliz ganando menos, las lágrimas de los últimos 6 meses habían desaparecido, al igual que los gastos que hacíamos cuando había mucho dinero.

Lo que no perdonó es cuando peleamos en nuestra separación final. Le gritaba: “llorón, llorón”.

Han pasado 10 años desde que estamos separados, ahora somos amigos por nuestros hijos, y cuando se demora en pasar el dinero de la alimentación le mando un mensaje que dice: “llorón, no te olvides”, y todo se arregla.