Una figura humanoide atrajo todas las miradas, en el CES 2025, una de las ferias de tecnología más importante del mundo que se desarrolla en Las Vegas. Vestida con un traje negro bien pegado al cuerpo y unos movimientos que parecen sacados de una película de ciencia ficción, la robot Aria saludó al público con una voz suave pero firme: “¡Hola! ¿Cómo estás?”. Aunque algunos observadores sonrieron intrigados, otros no pudieron ocultar su desconcierto ante lo que podría ser el futuro de la interacción emocional.

Aria, desarrollada por la empresa canadiense Realbotix, no es un robot humanoide más. Con una combinación de tecnología avanzada e inteligencia artificial, su misión es clara: combatir la soledad.

Se trata de una creación diseñada para acompañarte, comprenderte y adaptarse a ti. Su piel de textura hiperrealista y la posibilidad de personalizar su apariencia, ya sea rubia o morena, masculina o femenina, la hacen sentir sorprendentemente humana. Pero lo que realmente destaca es su inteligencia artificial, capaz de aprender de tus rutinas, tus preferencias y hasta tus emociones.

Un acompañante a medida

Diseñada para adultos mayores, solteros o personas que buscan compañía, Aria no solo conversa, también aprende de sus usuarios. Con una apariencia completamente personalizable; desde el color del cabello hasta sus rasgos faciales, es capaz de crear vínculos emocionales. Su inteligencia artificial analiza las interacciones y se adapta para ofrecer apoyo emocional e incluso hacer sugerencias para mejorar el ánimo de su usuario.

“Queremos que Aria sea más que un dispositivo; queremos que sea un reflejo de lo que las personas necesitan en un compañero: alguien que las escuche y las comprenda”, explicó Matt McMullen, fundador de Realbotix.

Más que una cara bonita

Aria también funciona como asistente personal. Puede gestionar calendarios, reproducir música, contar historias o incluso ayudar con tareas básicas del hogar. En el CES 2025, también se presentó una versión más económica llamada Melody, que comparte muchas de sus capacidades conversacionales pero no incluye movilidad.

Sin embargo, no todo es positivo. Su apariencia física, considerada por algunos como “excesivamente atractiva”, ha generado críticas sobre su posible sexualización. McMullen responde a estas críticas asegurando que el diseño está pensado para fomentar una conexión agradable y cómoda para los usuarios.

Un lujo tecnológico

Aria no es para todos los bolsillos. Su precio inicial es de 175,000 dólares, mientras que una versión reducida que incluye solo cabeza y torso cuesta 10,000 dólares. Además, algunos clientes han optado por personalizarla para que se parezca a seres queridos fallecidos, un servicio que puede elevar el costo entre 40,000 y 50,000 dólares adicionales. Hasta ahora, Realbotix ha vendido diez unidades completas, principalmente a hombres mayores que buscan compañía.

Un futuro prometedor y desafiante

A pesar de su costo, Aria representa una solución para problemas crecientes como la soledad crónica, que afecta a millones de personas en el mundo. Y, Realbotix sigue innovando. McMullen anunció que trabajan en sensores táctiles y de calor para hacer a Aria aún más realista. Aunque la función de caminar todavía no está disponible, promete que llegará cuando sea tecnológicamente viable.

“Aria no es solo un robot; es una visión del futuro de las relaciones humanas”, concluye McMullen. ¿Será Aria el principio del fin de la soledad o solo un reflejo más de la dependencia tecnológica?

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