Al final es una relación amor - odio. Ser arquero de Barcelona es pasar de ser ídolo a que te saquen a veces sin una explicación o porque tuviste problemas con los dirigentes.

Y la salida de Javier Burrai del arco amarillo ya no es novedad. En los 90 pasó lo mismo con Carlos Luis Morales, quien era líder, capitán y muy querido por la hinchada.

Y la historia se repitió en el 2006, cuando José Francisco Cevallos salió del ídolo, dizque porque estaba viejo, ya no daba más. Se fue en el 2007 al Deportivo Azogues y el 2008 tapaba penales en el Maracaná y quedaba campeón de la Copa Libertadores con Liga de Quito.

En el 2019, Máximo Banguera era el arquero de los canarios, todo parecía que iba para largo, pero en el 2020 la sorpresa fue total, el golero no iba más en el arco de los toreros.

Para el 2020, Javier Burrai logra ser campeón con Barcelona en el estadio Rodrigo Paz ante Liga de Quito. Lo que hizo fue histórico, le tapó un penal al colombiano Cristian Martínez Borja y todos amaban a Burrai, pero ese amor se terminó en el 2024. Para el 2025 a pesar de tener contrato con la escuadra guayaquileña no está en los planes.

El puesto de arquero es raro en el ídolo, porque hay temporadas en los que unos son los reyes, y en otras que deben de salir.

LA EXPERIENCIA

El mejor ejemplo de amor-odio-amor es José Francisco Cevallos. Se crió en Barcelona, fue su figura, pero salió cuando dijeron que “ya no servía”, claro que luego llegó a su presidente en el 2016 y es la persona indicada para hablar que si ser arquero en el ídolo es para nunca salir por la puerta grande.

“El arco de Barcelona, por años y por historia, casi siempre ha tenido un referente allí como jugador y capitán, que se lo gana con mucho esfuerzo y sacrificio. Es el reconocimiento de la hinchada, de sus compañeros, de los dirigentes y de todo el entorno Barcelona”, dice el expresidente y ahora periodista profesional.

Para Cevallos, el tener un protagonismo en el arco, puede desgastar la relación entre dirigentes y el jugador.

Cevallos también habla de cuando el jugador puede sufrir un bajón en su carrera: “Sabemos que el futbolista tiene su vida útil y tiempo determinado, pero hay formas de encaminar una salida y no estoy de acuerdo cuando se toman este tipo de decisiones abruptas en el tema de la salida de un referente”, dice Cevallos.

Y la salida de Morales, Cevallos, Banguera y Burrai han sido sorpresivas, y las cuatro muy parecidas.

“A veces poniéndose de acuerdo en la parte económica, hay que dejar que estos líderes tomen la decisión de dar un paso al costado, sabiendo que ya el tiempo, cuando uno es consciente, pasa y vienen otros mejores, pero uno que otro directivo actúa así, de manera unilateral, pero no es la institución”, comenta Cevallos.

Y que por experiencia propia, entendió que quien te saca no es Barcelona, es la persona que actúa como dirigente: “Después con el tiempo, con los años, uno lo entiende. No es la institución, no es la hinchada, es una u otra persona que hace que uno salga a veces por la puerta de atrás como jugador”, expresa el exarquero.

Hace énfasis que en el fútbol y en especial en Barcelona no se valora cuando se dan años de esfuerzo, sacrificio, de jugar lesionado o infiltrado, de poner todo el esfuerzo y sacrificio para conseguir los objetivos del club.

A Cevallos le quedó claro que el puesto de guardameta en el ídolo es ingrato.

Pedro Ortiz o Hernán Galíndez por Burrai

Lo de Javier Burrai ya es historia, pero Cevallos tiene una apreciación de quien lo habría podido reemplazar en Barcelona: “Me hubiera gustado de darse la posibilidad es Galíndez, que es un arquero que está pasando un extraordinario momento en Huracán de Argentina, pero sobre todo en la selección del Ecuador, que ha calado bastante bien. De los extranjeros, creo que es uno de los buenos opcionados para poder vestir la casaca del buzo número uno de Barcelona. Y de los nacionales, obviamente creo que podría darse una opción importante con Pedro Ortiz”.

Cuando se volvimos a preguntar sobre Ortiz que deje a Emelec y venga a Barcelona, el exgolero reafirmó: “¿Por qué no pensar que Pedro, uno de los mejores arqueros del fútbol ecuatoriano, pueda pasar también a formar parte de la plantilla de Barcelona?”

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