Van por la calle tomados de la mano, pasa una chica ‘tuca’ y a su pareja se le van los ojos. Es más, hasta gira la cabeza al estilo del exorcista para poder verla. Sí, peca de ser ‘ojo alegre’, frase que coloquialmente se atribuye al exceso de miradas por parte de uno de los integrantes de la pareja hacia otra persona.

Se le pueden ‘pelar las pepas’ por la apariencia física, la ropa llamativa, la forma de caminar. Y hasta puede que la mirada sea correspondida, indica la psicóloga clínica y terapeuta de parejas Carol Obando.

Su colega, Christian Díaz, dice que tanto él como ella ‘lookean’, pero en el hombre es más notorio. “Él es más visual, ella más auditiva. También es cultural, ella es más recatada; asimismo, hay una tendencia machista”, opina el experto.

Obando coincide e indica que ‘la cultura’ aprueba más esta conducta en varones, por lo que se da más en este género. En algunos casos, esto demuestra las características de su personalidad como imprudencia, falta de empatía hacia su pareja y egocentrismo, expresa la psicóloga.

Sin embargo, el libro ‘El cerebro masculino’, de Louann Brizendine, sostiene que este órgano en ellos es más impulsivo, por eso no miden las consecuencias al tener ‘ojo alegre’.

Miran partes diferentes

Una investigación de la plataforma digital Sage Journals revela que ellas se fijan en la parte superior del cuerpo masculino; ellos miran pechos, cintura, caderas y glúteos. Se afirma que han sido ‘programados’ para fijarse en estas zonas, símbolo de fertilidad. 

Otra investigación asevera que los que no se dan cuenta y no se fijan en el atractivo de extraños tienden a ser más felices y satisfechos en sus relaciones.

Díaz añade que si se ve y se muerde los labios, representa deseo sexual. “El morboso no solo se deja llevar por lo que mira, sino por lo que se imagina”, concluye el psicólogo.

Consecuencias

Esta conducta puede perjudicar la relación de enamorados y esposos, sobre todo si se pierde la empatía, olvidándose de los sentimientos que puede desencadenar en su pareja, manifiesta Obando.

“Se dan peleas, reproches, insultos, agresiones, separaciones y divorcios”, precisa Díaz, quien menciona que la práctica del ‘ojo alegre’ puede disminuir la autoestima de la pareja, quien se queda pensando... ¿por qué la (lo) mira?, ¿son más atractivas (vos) que yo? 

EXTRAtips

1. Selecciona bien a tu pareja. Eso evita desgastes y ‘pitos’ futuros. Haz una lista de factores (qué busco y qué no) a la hora de escoger, eso es clave.

2. La compatibilidad es esencial. Las relaciones sanas tienen dos características básicas: compatibilidad química y mental. Un amor saludable no es solo gusto físico.

3. No toleras esta conducta, hablen o vayan a terapia. Si no puedes ‘mojarte el ojo’ y hacer que no pasa nada con tu pareja, entonces dialoga con ella y exprésale que esa actitud te incomoda. Que en la conversación no salgan los celos o el irrespeto. Si su accionar cambia o lo controla, bien; si le cuesta, acudan a un terapeuta de parejas.

4. Si el ‘ojo alegre’ va a un especialista y sigue en lo mismo, chao. Recuerda, no puedes cambiar su personalidad, pero si él o ella persiste en ese comportamiento y ya no lo aguantas, finaliza la relación; tal vez eso lleve a la persona a iniciar un proceso de cambio, pues ya experimenta una consecuencia de sus actos.

5. Imagen equivocada. Si crees que quedas como un ‘gallo bello’ o bacán al ser ‘ojo alegre’, la imagen que proyecta es de un patán o pervertido.