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Gastronomía
Los secretos de un buen caldo de bola
El segmento que 'doma a la leona' ecuatoriana fue en busca del mejor caldo de bola y terminó en el restaurante El Jardín. Te contamos por qué esta parada fue la mejor
Dulce manjar que se deshace en la lengua. En su sopa yacen los alimentos de los incas, huancavilcas y españoles que, en fusión, le dan vida al plato que representa a la sangre mestiza. Nutritiva y rica en carbohidratos, la receta del caldo de bola es un 'must have' en Ecuador.
Con 35 años de tradición, el restaurante El Jardín, ubicado en la calle Chimborazo entre Venezuela y Portete, centro de la urbe, ha sido testigo de cómo a través del tiempo sus comensales han llevado a sus mesas a su descendencia.
“Hay clientes que vienen de tres generaciones: abuelitos, padres y nietos”, comenta en Yo te lo pruebo, María Fernanda Cepeda, chef en jefe del local.
‘Lo que se hereda no se hurta’, el buen paladar de ‘Mafer’ fue heredado de su abuela manabita Jacinta Zambrano, quien le enseñó a su madre Marianita Navarrete la receta del caldo de bola que, hoy, es su plato insignia en su restaurante en el que atiende de 07:00 a 15:00), donde vende comida típica del Ecuador.
La gastrónoma guayaquileña comenta que ofrece dos versiones del caldo: la tradicional y la de autor. En la primera, Mafer respeta cada uno de sus ingredientes (choclo, yuca, pasas, carne de costilla, zanahoria, lechuga, etc.); mientras que, en su creación, fusionó los sabores de los frutos del mar (pescado y camarón) con los de la tierra. Las dos exquisiteces tienen un valor de $ 4.25 y $6.25, respectivamente.
- La herencia española en un caldo
“El caldo de bola comenzó siendo un caldo con albóndigas de carne”, explica la chef guayaquileña. Los españoles que llegaban a Ecuador traían consigo sus preparaciones que, durante el comercio, se iba compartiendo. Sin embargo, esta fue evolucionando y modificando con los alimentos de la región.
Las pasas y aceitunas que lleva el relleno de la bola de verde son el indicio de que alguna vez su receta le perteneció a los europeos. “La cultura de un pueblo es evolución de la cocina”, finaliza Cepeda.