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Las vacunas se siguen suministrando en todo el mundo.Tomado de Freepik

Retrasar la segunda vacuna de la covid-19 reduciría las muertes hasta en un 20 %

Tanto la vacuna de Pfizer como la de Moderna en un esquema estándar de dos dosis son muy eficaces para prevenir las infecciones sintomáticas y la muerte, pero la inmunidad en todo el mundo sigue siendo baja.

Retrasar la segunda dosis de la vacuna de la covid-19, al menos en el caso de los menores de 65 años, podría reducir la mortalidad hasta en un 20 por ciento, pero sólo en determinadas condiciones, según un estudio publicado en The BMJ.

Estas condiciones se refieren a una eficacia de una dosis de la vacuna del 80 % o superior y tasas de vacunación del 0,1 % al 0,3 % de la población por día; si se dan estas circunstancias, los investigadores, que usaron modelos de simulación, afirman que la estrategia podría evitar entre 47 y 26 fallecimientos por cada 100.000 personas, respectivamente.

Tanto la vacuna de Pfizer como la de Moderna en un esquema estándar de dos dosis son muy eficaces para prevenir las infecciones sintomáticas y la muerte, pero la inmunidad en todo el mundo sigue siendo baja, en parte debido a las bajas tasas de vacunación, recuerda un comunicado de la propia publicación.

Cuanto más tiempo se tarde en vacunar a la población mundial, mayor será el riesgo de que se desarrollen variantes resistentes a la vacuna.

Esto ha llevado a pedir que se de prioridad a la vacunación con una sola dosis para el mayor número de personas posible, incluso si ello significa retrasar una segunda dosis más allá del plazo estudiado.

Esta justificación se basa en la suposición de que se puede lograr una protección significativa después de una sola dosis de la vacuna, pero esto es objeto de un intenso debate.

Para profundizar en esta cuestión, un equipo de investigadores estadounidenses de centros como la Clínica Mayo, el Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de Pensilvania comparó el impacto de esta medida con el régimen actual, con datos de infecciones, ingresos hospitalarios y muertes.

Utilizando un modelo de simulación basado en una población de muestra del mundo real de 100.000 adultos, ejecutaron una serie de escenarios para predecir las interacciones potencialmente infecciosas en diferentes condiciones durante un período de seis meses.

Entre ellas se incluían distintos niveles de eficacia de la vacuna y tasas de administración, así como diversos supuestos sobre si esta previene la transmisión y los síntomas graves o solo los síntomas graves, incluida la muerte.

También examinaron el impacto de retrasar las segundas dosis para los menores de 65 años, pero no antes de vacunar completamente a los mayores.

Los resultados sugieren que, en determinadas condiciones, se puede conseguir una disminución de la mortalidad acumulada, las infecciones y los ingresos hospitalarios cuando se retrasa la segunda dosis de la vacuna.