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¡En Pomasqui son puñetazo contra los ladrones!
El último caso fue el de un choro que se llevó un celular. La gente se ‘calentó’ y lo persiguió hasta atraparlo. Le metieron una golpiza.
En Pomasqui, parroquia del norte capitalino, la delincuencia está enquistada. Y las personas se cansaron y estuvieron a punto de hacer justicia por mano propia luego del robo de un celular.
Sucedió dentro de un restaurante de la calle García Moreno, cerca del parque central, alrededor de las 20:00 del martes. “Cuatro clientes estaban comiendo y vino un hombre a preguntar por los platos especiales”, relató María, propietaria del local.
Cuando iba a contestarle, el choro –que tenía el cabello pintado de amarillo– tomó el celular de uno de los comensales y salió corriendo. Fue tanta su desesperación que no le importó dejar botada una zapatilla que llevaba puesta.
El afectado y sus acompañantes se levantaron para seguirlo. Entretanto, la alerta se difundió rápidamente, convocando a un grupo de al menos 11 moradores que se unieron a la persecución. El sujeto corrió hasta un puente y en ese punto lo retuvo la muchedumbre.
Lo tumbaron y un hombre se puso sobre la espalda del sospechoso, sosteniéndolo por el cuello. Al tiempo, los demás aprovechaban para golpearle el rostro, furiosos, y reclamándole por lo que había hecho.
Temen que sea una banda
La gente llamó a la Policía y antes de que llegara, el sujeto devolvió el celular a la víctima. En unos cinco minutos arribó un patrullero para atender la emergencia. “Vimos que el sujeto estaba en el piso y, alrededor, la gente”, contó Jorge Bravo, subteniente de Pomasqui.
En ese momento, el ratero, de nacionalidad venezolana, fue detenido para evitar que la gente lo linchara. Los policías lo esposaron y lo interrogaron para saber si las acusaciones eran ciertas.
En un video que grabaron los gendarmes se observaba cómo el tipo aceptaba que se había llevado el teléfono y por esa razón lo habían golpeado. “Sin embargo, el ciudadano afectado no puso la denuncia”, admitió el oficial Bravo.
El agente aseguró que cuando eso ocurre, ellos no pueden hacer nada más, por lo que, en este caso, no hubo más alternativa que soltar al extranjero.
Luego del suceso, la gente se retiró. Pero en ese momento otros individuos se acercaron hasta el local de María a recoger la zapatilla abandonada. “Eso nos hace sospechar que puede haber una banda de asaltantes”, dijo la mujer.
Según Bravo, los robos a personas son las emergencias más comunes en esta parroquia. “Muchas veces, los delincuentes se aprovechan de gente que camina sola”, finalizó.
Debido a estos casos, la gente sigue indignada. “Llevo apenas dos semanas en Pomasqui y ya he oído de bastantes robos”, narró Jenny Bastidas, empleada de un restaurante, después del intento de linchamiento.
Sin embargo, este atraco no fue el único que se registró el martes durante la noche. Una chica que vende pasteles frente al parque fue asaltada por dos hombres que entraron a su negocio y se hicieron pasar como clientes.
“Me preguntaron por un producto y luego me mostraron un cuchillo”, precisó la víctima. En ese momento, uno de ellos fue a la caja registradora y se cogió 15 dólares.