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Todos los días, Ángelo trabaja en el segundo piso desde donde saluda como el personaje de El Chavo del Ocho.RENE FRAGA

Don Ramón 'revive' en Quito: ¡El Monchito de los muebles!

Ángelo Armas se viste de Don Ramón mientras trabaja en su taller, en la avenida América. Este sí paga la renta y le gusta trabajar

Don Ramón se ha ‘tomado’ la avenida América, norte de Quito. Este es quiteño y a diferencia del ‘Monchito’ mexicano este sí paga la renta y no le huye al trabajo ni a levantarse temprano. Con sombrero de tela, jean, camiseta oscura y bigote abundante hacen pensar a los transeúntes que el personaje de la vecindad de El Chavo del 8, revivió y anda por la capital, pero se trata de Ángelo Armas.

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Este diseñador de muebles ha desarrollado el personaje desde hace dos años, ‘sin querer queriendo’, cuando debió participar en un programa escolar de uno de sus hijos. “Teníamos que representar a la vecindad del Chavo y, por mis facciones, pues fui de Don Ramón. Solo me dejé crecer el bigote y las patillas”, cuenta.

Desde entonces ha trabajado en imitar las expresiones verbales y no verbales del hombre que siempre debía 14 meses de renta y que se dedicó a varios oficios. Con la diferencia de que Ángelo sí tiene oficio y se ha destacado por sus diseños.

Muebles bajo pedido

En el primer piso de la casa funciona el almacén donde se exhiben los modelos de sofás, sillas y mesas que oferta. “No las hago en serie, nunca se repiten y siempre busco ponerle un toque diferente”, comenta.

Por eso, cuando algún negocio en particular quiere amoblar su local, acude a él. “Por ejemplo, he hecho sofás en forma de zapato de taco para una estética o de piano para los aficionados a la música. Nada es imposible”, asevera.

Desarrollar un diseño le toma un par de semanas, hasta ver las medidas, las telas y los materiales que utilizará. Después, manos a la obra. “Yo mismo trabajo la madera y hago la parte de tapicería”.

Llamador de clientes

En el segundo piso funciona el taller donde da rienda suelta a su creatividad. Es abierto y su mesa de trabajo da a la calle. Ahí es donde saluda a los transeúntes, sobre todo a los niños. “¡Es don Ramón!”, grita un grupo de adolescentes que viaja en una buseta escolar.

Se aprendió todos los gestos del personaje de la serie mexicana.RENE FRAGA

Él se percata y entra en personaje, hace gestos y caras propios de Don Ramón y saluda. También ha trasladado sus dotes actorales a su cuenta de TikTok. “Se capta la atención de nuevos clientes, pero también lo hago porque me divierto mucho”, explica.

Popularidad con propósito

Myriam Guayasamín, esposa de Ángelo, se encarga de la administración y la atención al cliente. Cada vez que la gente se para a saludar a Ángelo, ella sale corriendo para grabar el momento. “Yo lo admiro mucho, siempre ha tenido una personalidad abierta y creativa. Por eso la familia lo apoya en todo”.

Pero explica que la popularidad que está ganando la quieren usar para el bien. “Queremos ser portavoces de causas sociales. Para eso venimos al mundo, a mejorarlo”, agrega.

Este negocio ha sostenido a su familia. “Los cortes de luz nos afectaron. Hubo noches en las que trabajaba a la luz de la vela para no quedar mal. También nos tocó sortear la pandemia, pero hemos logrado superar todo”, dice con orgullo.

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