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La policía y otros grupos de élite tomaron el control tras el motín.Henry Lapo

Cárceles ecuatorianas: ¡Desolación y más sangre!

El número de muertos en la cárcel de Cotopaxi pasó de 13 a 19. Entre ellos, el implicado en la violación de una policía. Al parecer se ahorcó

El cadáver estaba sobre una cobija en el patio que conduce al área de visitas de los pabellones de mínima seguridad del Centro de Privación de Libertad (CPL) de Cotopaxi, la madrugada de ayer. Se trataba del sujeto que supuestamente violó a una sargento de la Policía durante los disturbios del 21 de julio que han dejado, hasta el momento, 19 internos fallecidos en este reclusorio.

Los agentes de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida (Dinased) fueron a investigar la muerte de Vicente Valarezo Cañarte, de 26 años. Los guías les contaron que los privados de libertad (PPL) habían sacado el cadáver a eso de las 03:00 de ayer viernes.

El implicado en la violación tenía un surco en su cuello y se presume que se suicidó. Ocurrió a pocas horas de iniciarse un proceso en su contra por la agresión sexual a la uniformada, de 40 años.

"Solo le di un 'pepazo'"

Por aquel delito, a Vicente le dictaron prisión preventiva de 30 días. Si se confirmaba su culpabilidad, podía enfrentar una pena de 29 años, además de la sentencia de 16 años que ya purgaba.

El hombre fue detenido por el asesinato de un adolescente, en Guayaquil, en 2013. Ocurrió el 19 de enero, a la 01:50, en el barrio Cristo del Consuelo, cuando la víctima estaba junto a un amigo en una motocicleta.

49 heridos, entre policías y presos, dejaron las jornadas sangrientas en las cárceles de Guayaquil y Latacunga.

El muchacho iba a su casa luego de tomarse unas cervezas. Fue en ese momento que dos tipos, también subidos en una moto, aparecieron y balearon a ambos, pero solo uno de ellos quedó afectado.

Los causantes huyeron, mientras los ‘panas’ del herido lo llevaron al Hospital Guayaquil. Entre tanto, los vecinos de la víctima le avisaron a su madre, quien fue a la casa de salud, donde solamente le confirmaron el deceso.

La policía y otros grupos de élite tomaron el control tras el motín.Henry Lapo

Tres horas después, la mujer, sus parientes y la policía fueron a una calle de Cristo del Consuelo y aprehendieron a uno de los implicados. A las 07:00, en cambio, se dirigieron hasta un restaurante al que Vicente iba a entrar y allí lo capturaron.

“Cuando lo llevábamos a la Policía Judicial (PJ) me dijo: Solo le di un ‘pepazo’. Lo hizo en tono de burla”, rememoró la progenitora del chico fallecido durante el juicio en contra de Vicente, quien negó todo lo ocurrido.

Sin embargo, lo sentenciaron a 16 años de prisión. Estuvo primero en la ‘Peni’ de Guayaquil, donde lo vincularon a un intento de asesinato, pero en el proceso se demostró su inocencia. También le hallaron un celular y por eso lo condenaron, inicialmente, a ocho meses más de ‘cana’.

Tiempo después, llegó a Cotopaxi. Según la policía, él era el líder del pabellón de máxima seguridad. Aún se investiga si fue él quien secuestró a la sargento, la llevó al baño y allí la violó.

El dolor se instaló en la morgue de Ambato

María muestra el retrato de su hijo asesinado en la cárcel de Latacunga. Llegó a Ambato.Yadira Illescas

María Morales tenía los ojos hinchados. En dos días no ha podido conciliar el sueño. Mientras esperaba detrás de unos barrotes en el Centro Forense de Ambato, Tungurahua, de su pecho sacó una foto de su hijo, al que no había visto desde marzo del 2020, fecha que se inició la pandemia. Para ella era complicado ir al CPL de Cotopaxi, donde estaba internado el menor de sus tres hijos, sentenciado por asesinato desde hace cuatro años.

Tomó la imagen y se aferró al mejor de los recuerdos. Sollozaba y su memoria la llevó al lunes 19. Ese fue el último día que habló con su ‘pequeño’ (así lo trataba). “Mi hijo ocultaba lo que en realidad sufría dentro de la cárcel. Siempre nos decía que estaba todo bien, pero que deseaba salir rápido. Yo contaba los meses, las semanas y los días para volverlo a abrazar. Hasta lo último le aconsejé para que no se metiera en problemas y que se cuidara de la gente mala”, contó María, mientras observaba en la foto los ojos de su hijo, quien está entre las 19 víctimas que fueron asesinadas dentro de la cárcel de Latacunga.

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reos recapturados, informó Oswaldo Coronel, gobernador de Cotopaxi.

Muy cerca estaba Susana Flores. Tenía un dolor similar. También perdió a su hijo en la matanza. Las dos mujeres nunca se habían visto, ni siquiera en los días de visitas en la cárcel, pero ayer sus vidas se conectaron por el mismo sentimiento.

"Quería ser abogado"

Susana estaba acompañada de su esposo y más allegados. Comentó que para saber si su hijo estaba entre las víctimas, llegó desde la noche del mismo miércoles tras enterarse de la revuelta. Un día después, la tarde del jueves, le confirmaron que su vástago estaba entre los muertos. Para encontrar el cadáver tuvo que recorrer Latacunga y Ambato en dos ocasiones, porque no le daban una explicación clara de dónde estaban los cuerpos, aseguró.

Es oriunda de Quito. Su hijo Jonathan tenía 24 años y estaba sentenciado a 29 años de prisión por delito de violación. Había cumplido cuatro años de condena y de esos, tres había aprovechado para estudiar Derecho desde prisión. “Quería ser abogado y él me contaba los horrores que vivían dentro. Padecían de falta de servicios básicos y no tenían comida. Me quedé en la calle por verlo bien, porque cada semana debía depositarle dinero”, mencionó la progenitora.

Susana Flores también fue a reconocer a su hijo.Yadira Illescas

Las armas

José Luis Tamayo, hermano de una de las víctimas, rechazó que el Gobierno no haya militarizado las cárceles desde el primer motín. De su parte, Susana Flores se preguntó: “¿De dónde ingresan las armas? Si cuando iba de visita me hacían quitar hasta la ropa interior y nos metían mano por todos lados”, dijo.

De su parte, Gustavo Moscoso, padre de Jonathan, rechazó que la corrupción haya hecho que la situación en las cárceles sea insostenible. “Ojalá puedan controlar a las mafias que amenazan a los guías para que ingresen las armas y así más padres no sufran estas pérdidas como nosotros”, acotó.

Las dos personas murieron por impactos de bala, según los resultados de la necropsia entregados a los familiares. Eran oriundos de Quito. En el Centro Forense de Ambato, al menos otros seis cuerpos estaban sin retirar hasta el mediodía de ayer.

¡Las usaron como escudos humanos!

Graciela vivió tres horas de terror, el pasado miércoles, durante el motín en el Centro de Privación de Libertad de Cotopaxi.

Eran las 16:10. La mujer estaba con su esposo en la sala de visitas y escucharon detonaciones. El hombre corrió hasta su pabellón. Graciela y otras cinco mujeres huyeron de ese lugar, pero vieron que por el pasillo llegaban decenas de presos con machetes y rifles.

Asustadas se metieron al baño, pero una no lo logró. “Le hicieron desnudar para saber si no llevaba nada”. No supieron más de ella.

Minutos después, los reos tumbaron la puerta y sacaron a las cinco. “Nos dijeron que debíamos salvarles”. Empezó el terror.

Graciela contó con dificultad lo sucedido. Estaba nerviosa.Karina Defas

Graciela recordó que los presos las utilizaron como escudos humanos para pasar armas de un pabellón a otro o para llevar a los internos heridos.

En uno de esos viajes la mujer vio cómo apuñalaban a un recluso de máxima seguridad. “Le preguntaban si conocía al líder de una banda. Luego le acuchillaron”.

Las cinco mujeres no se soltaban de las manos mientras las llevaban de un lugar a otro. Hasta que una de ellas cayó herida producto de una granada lacrimógena que la golpeó en su cabeza.

Antes de las 19:00, las mujeres estaban asfixiándose por el gas y un grupo de reos las llevaron hasta las mallas que están ubicadas a cinco metros del ingreso a la prisión. Rompieron los cables y salieron con cinco internos que estaban agonizando.

Hasta la mañana de ayer, Graciela no sabía qué pasó con su marido.

Cambios en el sistema penitenciario

Los militares resguardan las afueras de la cárcel de Cotopaxi.Karina Defas

El presidente de la República, Guillermo Lasso, tomó medidas luego de los amotinamientos registrados el miércoles en las cárceles de Guayaquil y Latacunga.

Enfatizó que se hará una reestructuración del sistema carcelario.

Lo primero será reducir el hacinamiento del 30 % de la población penitenciaria. Se buscará apoyo del Ejército para el control y vigilancia de los perímetros.

También se fortalecerá a los guías.

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muertos es el saldo que dejaron los motines en Guayaquil y en Latacunga.