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En uno de los locales que distribuyen los focos recargables hacían fila para comprar alguno.Gerardo Menoscal

Cortes de luz Guayaquil: toletes, pitos y ventiladores, las compras para afrontar el apagón

En otras ciudades, las trabajadoras sexuales recurrieron al silbato, pero en Guayaquil los artículos que más se vendieron fueron los focos recargables

Viviana Bajaña le hizo caso al adagio de ‘al que madruga, Dios lo ayuda’. La mujer, que reside en la cooperativa Balerio Estacio, en el noroeste de Guayaquil, llegó con los primeros rayos de sol a comprar su foco recargable y, afortunadamente, lo consiguió. Y sin hacer fila.

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Estos pequeños objetos luminosos, luego del anuncio del apagón durante la noche del miércoles 18 y madrugada del jueves 19, fueron los más buscados en negocios del centro de Guayaquil. ¡Eran como oro en polvo para los compradores!

Y precisamente en ese sector, en un local de Capitán Nájera y Chile, fue donde la madre de familia encontró los bombillos y sintió alivio. Ella había decidido dejar a sus hijos en la escuela para luego ir a buscar lo necesario para resguardarse ante la decisión estatal de racionar la energía eléctrica por varias horas.

También salieron a comprar focos recargables

“Ha sido de esas compras que uno hace para salvarse la ‘campana’. Aunque lo terminé ‘repagando’, tuve que adquirirlo porque mis hijos son pequeños y se mueren de miedo al estar en oscuridad. Mi casa es bien oscura y, aunque sea de día, se siente en penumbras si no prendo un foco. ¡Peor será cuando no haya nada prendido en la calle”.

Al igual que Viviana, Luisa llegó a buscar su bombillo en el mismo local. Sin embargo, su sorpresa fue que debía hacer fila, ya que la ‘pípol’ andaba buscando los focos cual perro tras un hueso. Tanta era la desesperación que habían formado una fila para ordenarse mientras el local les confirmaba si aún tenían disponibles ese preciado artículo.

“A todo hay que meterle fe y yo sé que sí voy a alcanzar”, expresó ella. Pero dieron las 09:39, más de 20 minutos después de su llegada al negocio, y una persona que salía del establecimiento les dio la triste noticia: se habían acabado. “Una sola persona se lleva hasta tres cartones. Obviamente, para venderlos en otra parte”, dijo Ana Símbala.

Los ventiladores a batería también fueron pedidos en negocios, pero en menor cantidad.gerardo menoscal

Las 30 personas que esperaban para comprar los focos se ‘desinflaron’ enseguida ante la novedad, pues en ese negocio los vendían a menor precio que en otros.

“Les han subido de precio entre ayer y hoy. Estaban en 2 o 3 dólares y hoy los venden en 4,50 dólares, pero igual es más barato que en los negocios que intentan venderlos hasta en 8 dólares”, contó Viviana.

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En el ‘corazón’ comercial de la urbe, no era lo único que se ofrecía. También se vendían pitos y vuvuzelas, ante la recomendación de la Policía Nacional para las horas de oscuridad. 

¿Qué medidas toman los guayaquileños para defenderse?

Víctor, quien regenta un negocio de artículos de fiesta en los alrededores de Rumichaca y 10 de Agosto, por su parte dijo que la sugerencia no ha emocionado a la gente, pues ha vendido apenas unos cuantos pitos. “No ha de faltar algún chistoso que pite en la madrugada solo por ocio”, manifestó entre risas.

En cambio Carlos Ortiz, en el Mercado de Artículos Varios, mencionó que tenían toletes en ‘stock’ para ofrecer a los clientes si pedían algo para la seguridad. “Esto es con las 3B: bueno, bonito y barato. Son de laurel y por supuesto que sirven para defenderse”, mencionó entre risas el comerciante.

El hombre contó a EXTRA que la tarde del martes 17 logró vender uno para algún prevenido. Sin embargo, recalcó que no es que esté recomendando recurrir a la violencia, pero “de alguna manera deben defenderse”.

Él afirmó que hasta descuento se hace si desea compartir con algún vecino la compra. “Hasta en $ 10 le dejamos cada uno para que lleve tres (risas). Aproveche el descuento, porque normalmente se venden a $ 15”, bromeó.

Los toletes de madera son parte de las compras de la ‘pípol’ para resguardarse en el apagón.gerardo menoscal

Y las velas, así como las linternas, quedaron para el olvido, reconoció Elsa Morán, vendedora de productos como velas y rosarios en las afueras de la Catedral de Guayaquil.

“A nosotros sí nos ha dañado el negocio. Los que están comprando (velas) son los que regularmente lo hacen para ponérselas a los santitos. Hay que admitirlo que los (focos) recargables son una buena salida. ¡Hasta yo tengo uno!”, finalizó. 

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