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¡Celos, guanchaca y presunto femicidio en Daule!
El drama y el dolor envuelven a una familia. El acusado ya dio su versión, pero parientes de la víctima no le cree nada de nada
Alcohol para frenar el coronavirus, pensó. No era tal, sino guanchaca. Y de la ‘buena’, de la fuerte. Tanto que, al intentar cocinarla para su consumo, todo se inflamó y el fuego marcó un rastro de muerte, dolor, odio y rencillas familiares.
La trama y drama dejó a Marcos Mora Pérez con afectaciones en sus brazos y ahora en la cárcel, bajo acusación de femicidio. Su esposa, Génesis Jiménez, con el 90 % de su cuerpo quemado, peleó por su vida en un hospital durante 12 días hasta que falleció. La hija de ambos, de 2 años, con el 60 % de quemaduras corporales, se encuentra asilada en un hospital de Guayaquil, en estado crítico. Y el padre de la mujer y abuelo de la menor, John Jiménez, grave también, porque cuando vio toda la terrible escena le dio un derrame cerebral.
Por suerte, Jhon Jiménez, de 28 años, hermano de la víctima y quien se encontraba en la casa donde se originó la tragedia, pudo sacar al otro hijo de la pareja, de un año, a tiempo.
Por ahora, las versiones del acusado de femicidio y de los familiares de las víctimas reflejan los problemas que existían al interior de esta familia.
Acusado relata su versión
En su versión rendida ante el fiscal Hugo García Vargas, Mora relata que en la tarde del 12 de julio pasado, cuando ocurrieron los hechos, frente a su barbería ubicada en la ciudadela Marianita 4, de Daule, había una reunión y unos amigos lo llamaron para invitarle un trago de puro (alcohol). Al beberlo “me dijeron que era guanchaca cocinada, entonces recordé que yo tenía una caneca de alcohol industrial en la casa”.
Mora recuerda que el insumo lo había adquirido “porque estábamos en tiempo de coronavirus”. Luego contó que lo repartió a su suegro y abuelo. "Me dijeron que eso no era alcohol, sino guanchaca, por lo que dejé de usarlo y lo guardé en la casa”, recordó.
Según Mora, de 27 años, al llegar a casa “yo fui a ver el galón y mi mujer me estaba ayudando con el cedazo. Yo estaba virando el galón en la olla (con la cocina) encendida, y cuando estaba vertiendo la guanchaca de un momento a otro se inflamó hasta arriba, la olla que ya tenía líquido cayó al piso y todo se prendió en llama. Mi hija cargaba una licra y se prendió toda”.
Se desata el infierno
Entonces vino todo el infierno. Según el acusado, él vio el fuego “como una explosión e intenté apagar las llamas a Génesis”. Pero, como no pudo, dice que saltó hacia el mesón de la cocina para pedir ayuda.
Fue entonces cuando apareció su cuñado para sacar a su hijito menor. Y también su suegro, a quien de la impresión cayó al suelo. “Se le arrancaron dos arterias de la cabeza” y le dio un derrame cerebral, según los familiares de la víctima.
Lo acusan de celar a su pareja
Precisamente de este lado de los afectados no le creen absolutamente nada a Mora. Ellos creen que la historia no es como él la cuenta. Hablan de celos y hasta de violencia entre la pareja.
“El procesado era un hombre celoso. Mi sobrina Génesis poco se reunía con la familia, porque todo era discordia. Si ella iba a una reunión, él tenía que ir prendido como chicle, si no, no iba”, comenta Irlanda Jiménez Aguirre, tía de la fallecida.
Jhon Jiménez, el joven que salvó a su sobrino de un añito, explica que “a lo que hubo la explosión, él (Marcos Mora) le tira la poma esa con alcohol, donde la bañó totalmente, la empuja y se prendió en llamas”.
Por ello y firmes en su postura de que lo ocurrido no habría sido un accidente, Yanina Guerrero, madre de la víctima, llena de rabia y de llanto reclama que “esto no se puede quedar así, este hombre tiene que pagar por la muerte de mi hija”.