La semana pasada fueron días cargados de noticias, entre allanamientos, órdenes de prisión, grilletes, arrestos domiciliarios y modificación de restricciones. Más de uno, entre figuras públicas y políticas, salieron a la luz por actos ilícitos descubiertos que aún están en proceso investigativo. Y es que la pandemia del coronavirus ha sido para algunos la oportunidad de sus vidas para ganar dinero a costa del sufrimiento de todo un país.

Con tantos actos de corrupción, parece que la situación emergente del Ecuador pasará a segundo plano y la población irá de la preocupación a la indignación. Al parecer importa más saber qué otra figura política caerá en los próximos días que los cambios de medidas restrictivas que se dan en cada cantón o provincia. Y es que no han sido simples funcionarios de mando medio involucrados, sino autoridades como alcaldes, prefectos y hasta asambleístas.

Se pretende reactivar la economía suavizando un poco las medidas restrictivas, pero la realidad es que la falta de liquidez no permite salir de este gran bache en el que nos encontramos. Estamos frente a una población golpeada por todos lados, por la pandemia, por el aislamiento, el desempleo y ciertas medidas tomadas por el gobierno, donde el más perjudicado es el ciudadano.

Este 2020 aún no pinta bien. Se buscan soluciones económicas que ayuden a sobrellevar la crisis. Se busca una vacuna para eliminar este mal, pero entre búsqueda y búsqueda solo encontramos segundas olas de contagios, intensiones de reactivación económica y enormes e imperdonables actos de corrupción.