La delincuencia organizada se sigue riendo una y otra vez, y muchas veces más, de las autoridades de control en Ecuador. Y ahora lo hace descaradamente con el uso de un dron con explosivos, posándolo sobre la cárcel de máxima seguridad La Roca con la clara intención de provocar daños y dejar una advertencia de quién manda.

Este hecho no hace más que demostrar cómo opera la delincuencia con estos aparatos y cómo los usan para armarse y meter cualquier tipo de objetos a las cárceles. Y más aún, refleja también la falta de control sobre estos objetos, que vuelan a sus anchas en cualquier parte sin que existan límites sobre el espacio aéreo que pueden surcar.