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Opinión
Editorial: Morosidad, otra cara de la crisis
Las extorsiones y la falta de empleo han obligado a muchos ecuatorianos a emigrar, buscando nuevas oportunidades en países
La desesperación de algunos compatriotas por abandonar el país y buscar mejores condiciones laborales y de vida está afectando indirectamente a las instituciones bancarias, que otorgan créditos que luego los migrantes no pueden pagar. Esto ha llevado a las cooperativas de ahorro y crédito a restringir los préstamos, lo que ha provocado un estancamiento en su cartera.
Las extorsiones y la falta de empleo han obligado a muchos ecuatorianos a emigrar, buscando nuevas oportunidades en países como Estados Unidos y naciones de Europa. Este éxodo ha incrementado el número de morosos que solicitaron créditos para emprender negocios, pero que, debido a la crisis económica, se vieron obligados a cerrarlos. Según la Red de Integración Ecuatoriana de Cooperativas de Ahorro y Crédito (Icored), este fenómeno se intensificó con los apagones de hasta 14 horas, que impidieron a pequeños negocios cumplir con sus obligaciones y, como consecuencia, tuvieron que cerrar.
El panorama para este sector en 2025 no es alentador, dada la incertidumbre política y el impacto de las medidas migratorias de Donald Trump. Sin embargo, la reactivación económica a través de proyectos en diferentes sectores podría ser una vía para mitigar el impacto financiero que afecta al país.