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Opinión
Editorial: Retroceso para la democracia
La libertad de expresión y de prensa son esenciales para el buen funcionamiento de cualquier democracia
El intento de reeditar una Ley de Comunicación que devuelva el poder sancionador al Estado sobre los medios de comunicación es un retroceso alarmante. Esta propuesta no solo busca controlar los contenidos que no agradan al poder político, sino que también atenta contra la libertad de los ciudadanos para acceder a información diversa y plural. Imponer una única narrativa oficial limita la capacidad de los individuos para formarse opiniones propias, un derecho fundamental en cualquier democracia.
La libertad de expresión y de prensa son esenciales para el buen funcionamiento de cualquier democracia. Países que han restringido estos derechos, como Venezuela o Cuba, han visto cómo su sociedad pierde el derecho de debatir, opinar y cuestionar.
Esta amenaza no debe ser ignorada, ya que va más allá de los medios, afectando la capacidad de la sociedad. Por lo tanto, defender la libertad de expresión no es solo un acto de rebeldía contra el autoritarismo, es un compromiso con la democracia y el derecho a la información.