Hay quienes trabajan bajo la lógica de primero ponerse los zapatos y luego las medias. Así se trata al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

El paquete de reformas a la ley del Seguro Social, que entre otros aspectos recoge una nueva conformación del Consejo Directivo del IESS, como si con eso se acabara el problema, atravesó el segundo debate en la Asamblea. No vale la pena enfrascarse en este debate cuando todavía el futuro aún es incierto. La lógica demanda que el presidente del Directorio, primero, moralice a la institución. Es decir, que le dé a los afiliados una solución efectiva y viable a la precaria realidad financiera, y también a los vicios de ineficiencia y corrupción.

Lo que deberían estar analizando la Asamblea y el Gobierno Nacional es cómo cambiar la realidad, sobre esto debería debatir la academia. Sobre esto deberían plantear soluciones los precandidatos presidenciales. Esta debería ser la principal preocupación del Consejo Directivo del Seguro Social. Ya luego se verá cuántos miembros tendrá la mesa directiva y a quiénes representan.

Lo que está en peligro es el futuro de las jubilaciones de miles de afiliados que han aportado por años para tener una pensión. Si no existe el interés ni tienen la capacidad para encontrar una salida que no afecte a los afiliados, que lo digan.