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Opinión

Editorial: ¡Entroncados en la 'cosa pública'!

Una vergüenza que deja en evidencia quién tiene el poder ahora. No son las autoridades, eso es claro

La enorme red de corrupción y el entramado delictivo descubierto en Durán, uno de los cantones más conflictivos de la provincia del Guayas, vuelve a demostrar la debilidad jurídica de las instituciones públicas y cómo muchas de estas han sido prácticamente tomadas por grupos de delincuencia organizada para, bajo el paraguas del servicio a la ciudadanía, convertirlas en su centro de operaciones sin levantar sospechas.

Según las investigaciones policiales, los bomberos no apagaban fuegos ni atendían emergencias, sino que transportaban droga en las autobombas destinadas para su trabajo. Desde el Municipio se contrataban y adjudicaban obras a ‘favor de la ciudadanía’, pero con la premisa de que se utilicen materiales de mala calidad, a fin de luego poder contratarlos de nuevo, volver a pagar y ‘reparar’ lo mal hecho. Y las indagaciones apuntan también a personal infiltrado en otras instituciones, como el Registro de la Propiedad y la Autoridad de Tránsito de Durán. ¡Qué telaraña de corrupción se manejaba!

Lo peor de esto es que quien lideraba dicho entramado delictivo es un pillastre de baja calaña, conocido como Negro Tulio, que junto con su mujer ¡dirigía todo desde la cárcel! Una vergüenza que deja en evidencia quién tiene el poder ahora. No son las autoridades, eso es claro.