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Opinión
Convertido en mamotreto
Un abismo de distancia. Eso es lo que hay de lo que llevó el presidente Guillermo Lasso a la Asamblea como proyecto de nueva ley de comunicación a lo que están pretendiendo hacer pasar los legisladores hoy en día. Lo primero era una norma que garantizaba la libertad de expresión y lo segundo es un mamotreto que, con muchas justificaciones y argucias, pretende convertirse en un escudo para los corruptos. Nada nuevo en esta era.
Ecuador ya sabe lo que es el poder, prefiere e invierte sus esfuerzos en acallar y opacar sus fechorías antes que permitir la crítica y abonar a la autocrítica. Lo primero es mucho más rentable para unos y lo segundo implica exponerse al escrutinio público y, por tanto, estar seguro de llevar una gestión pulcra.
No se puede esperar eso de esa especie de políticos que, lamentablemente, prolifera en el país y se enraíza en las instituciones. Con excepciones, el perfil del asambleísta promedio tiene siempre algo que esconder o guarda intereses particulares que defender por delante del bien común.
Solo con esos mandamientos se puede explicar que la nueva ley que podría regir para el periodismo prefiera facilitar la opacidad y proteger a los señalados ante el examen del ojo público. Quien nada malo ha hecho, nada tiene que esconder.