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Opinión
Editorial: Samborondón pierde su brillo
Samborondón se posicionó como la zona de mayor plusvalía. Sin embargo, muchas de las razones que condujeron a ello están amenazadas o han comenzado a desaparecer.
El incremento del valor de un sector urbano se da por su excelente infraestructura y vialidad, accesibilidad a los servicios esenciales, seguridad, comodidad, entretenimiento y un hermoso paisajismo. Pero al analizar el Samborondón de hoy se nota un deterioro progresivo. Los parterres, que por la ampliación de la vía fueron ensanchados en ciertos tramos, en lugar de reverdecer están dando paso a ladrillos y piedras, y las calles, aceras y bordillos muestran falta de mantenimiento. Aún no cuenta con sistema de alcantarillado sanitario y por su geografía, en el área de La Puntilla no podrán construirse vías alternas, lo que augura un empeoramiento del complicado tráfico vehicular. Pese al sinnúmero de restaurantes y centros comerciales, no existe un gran parque y el que está proyectado solo tendrá 2,5 hectáreas (Central Park de Nueva York tiene 320 ha). Y la seguridad, su máximo atributo, ya ha sido vulnerada y se registran robos, asaltos y hasta sicariato.
Su plusvalía subsiste quizá más que por una bien ganada reputación, por un tema aspiracional, y si no se corrigen los factores que merman su otrora buen estándar de vida irá en declive.