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Opinión
Editorial: Repensar las urbes, necesidad urgente
Por economía y por la sostenibilidad del planeta, las ciudades dispersas de hoy deben tomar medidas, planificadamente, que les permitan ir minimizando, en forma progresiva, los efectos que su conformación poco sustentable tienen en la calidad de vida de sus habitantes y en la preservación del entorno.
El nuevo urbanismo busca incorporar en las extensas zonas urbanizadas (ciudadelas cerradas en Ecuador) áreas dotadas con todos los servicios que demanda la cotidianidad, y lograr una mayor densidad poblacional, de tal forma que un gran número de residentes puedan satisfacer sus necesidades con distancias cortas que puedan recorrerse a pie, convirtiéndolas en una especie de microciudades.
Para ello se deben emitir ordenanzas que establezcan usos mixtos de suelo y vivienda, y desarrollar un sistema eficiente de transporte público interconectado con vías peatonales, ciclorrutas, plazas y parques que potencien el espacio público y con ello la vida comunitaria y el contacto con la naturaleza.La realidad actual no permitiría a nuestras ciudades prescindir de la movilización vehicular, pero es imprescindible centrar la planificación urbana en el peatón y hacer las adecuaciones que le permitan acceder a servicios, comercio y esparcimiento sin grandes desplazamientos.