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Opinión

Editorial: El metro de Quito y sus líos

Tanto demoraron para construirlo que al final, entre retrasos, aplazamientos, apuros, denuncias y olvidos, el metro de Quito sigue siendo una obra que queda debiendo, por ahora, a todos los quiteños.

Y ha sido el propio alcalde, Pabel Muñoz, quien vuelve a poner un ‘tate quieto’ al sistema, al anunciar sin ‘vaselina’ que la real puesta en marcha del metro, es decir su operatividad efectiva al servicio de los ciudadanos, se hará recién a finales de 2023.

Y es que este metro tiene ‘kilómetros’ de problemas. Uno de ellos, señaló el alcalde, es que existe un contrato para cada cosa, lo que genera una serie de inconvenientes: uno para la construcción del sistema de transporte, otro para la compra de trenes y uno más para que puedan administrar la operación. Y, al parecer, todos, unos más que otros en su momento, le han dado dolores de cabeza al Municipio quiteño.

El funcionario no mencionó si el proyecto ya tiene incluido el costo del sistema de recaudo o si recién hay que comprarlo. Si se necesita comprarlo, porque las anteriores administraciones no lo hicieron, el costo del proyecto subirá, ya que se trata de equipos y programas informáticos muy costosos. Hasta tanto, serán los usuarios quienes deban seguir sufriendo el problema de una transportación moderna pero frenada.