El salvaje ataque a una mujer en Guayaquil, golpeada y ultrajada sexualmente por cuatro sujetos imbuidos en su más grande miseria, ha causado conmoción, temor e indignación total en el país. Hay también pánico en las mujeres. Miedo a ir de compras a la tienda de la esquina, por sus hijos al salir con sus amigos, por sus familiares cuando acuden a realizar alguna actividad... ¡terror total!

La inseguridad que ataca al país por todos lados y en todas las ciudades no tiene límites. A diario, sicarios matan como si nada, sin importarles dañar además a mujeres y niños que acompañen o estén junto a su objetivo.

Intentaron, con una simple normativa, controlar la circulación de dos en moto, pero la falta de operativos certeros no ayuda en nada. Y cuando hacen operativos, los anuncian como gran cosa. Y por supuesto, ya sabiendo dónde se ejecutan, los pillos los evaden.

Y ahora, para colmo, el ataque a esta mujer en un ‘taxi pirata’ de los miles que circulan por las calles de Guayaquil y el resto del país ofreciendo servicio sin control. ¿Cómo sentirse seguros en un país que anda en el abismo de la criminalidad? ¿Quién nos devuelve la paz? Al Gobierno, a las autoridades: Ya basta de tanta desidia... ¡hagan algo de una buena vez!